jueves, 26 de marzo de 2020

Limites (E.O.E.)


Familias:

Hoy queremos pensar con ustedes sobre la construcción de los LÍMITES.

Es común escuchar decir a pediatras, maestros, psicólogos y familias que a los
niños y niñas les faltan límites. Pero no es tan común encontrar adultos que se
pregunten, por ejemplo: que es un límite: una orden, una regla, algo que el adulto
quiere que se haga?...

Lo cierto es que los chicos no pueden “hacer caso” a todo lo que se les dice,
simplemente porque son niños y niñas y se comportan como tales, y al adulto se le suele
olvidar que son niños y niñas, que están ensayando y aprendiendo.

Los LÍMITES no son algo que el adulto puede imponer por la fuerza (como
poder, podría porque es más grande y más fuerte. Pero no resulta ético ni efectivo a
los fines de que el niño y la niña puedan aprender de esa experiencia) pero tampoco el
niño y la niña los aprenden por si solos.

Los LÍMITES entonces son algo que se construye entre el niño y la niña en el
encuentro con sus mayores, quienes deben enseñarles y transmitirles los
comportamientos socialmente aceptables para nuestra cultura. Para que el aprendizaje
de los límites sea eficaz, es necesaria la presencia paciente del adulto que acompañe y
sostenga el aprendizaje del niño y la niña, a través de tiempo de juego y de dialogo.

Todo niño y toda niña necesitan sentirse reconocidos y validados
emocionalmente por sus padres. En los primeros años de vida, niños y niñas sueles
expresar sus emociones intensamente, la alegría suele ser desbordante y el llanto
suele acompañarse de un berrinche. Los adultos, podemos aportar la madurez
emocional que el niño y la niña necesitan en este momento, siendo reguladores de esas
emociones, y enseñando con el ejemplo para una autorregulación creciente.

Muchas veces, a los adultos se nos hace difícil ofrecer contención y regulación
si somos nosotros quienes estamos enojados con el niño o la niña. Sin embargo,
debemos ofrecerle palabras que ayuden a tranquilizarse, o un abrazo si lo acepta.
Cuando un niño o una niña se “portan mal”, en lugar de retarlos, ignorarlos o enojarnos,
sería oportuno preguntarnos que nos está queriendo decir con esa conducta, llanto o
berrinche?.

En los cuidados cotidianos, vamos transmitiendo las leyes de nuestra cultura, y
los limites socialmente aceptables. Y el niño ira incorporando esos límites de un modo
progresivo, con sus propias frustraciones y en el vínculo amoroso con su familia.

Si ante un berrinche, si el adulto grita, se enoja o hasta zamarrea al niño, se
está comportando como él; no está dando la regulación y madurez emocional que el niño
aún no tiene. Y lo que va a lograr es darle miedo pero no tranquilizar al niño o a la niña
ni generar un aprendizaje. Cuando un niño o una niña hacen un berrinche, es porque no
encuentran otra manera de expresar su enojo y frustración. Por lo general, cuando los
adultos intentamos conectar con su enojo, los niños y niñas sueles sentirse mas
aliviados y eso los tranquiliza. Para ello es muy necesario que los adultos nos podamos
desprender de viejas creencias, por ejemplo: hace berrinche para manipularme.

Desde recién nacidos, es importante ir enseñando naturalmente las pautas y
conductas socialmente aceptables, pautas claras, rutinas ordenadoras.
La nutrición emocional es tan importante como la nutrición alimentaria.
Generar condiciones de comunicación, confianza, contención y sostén entre los
adultos y los niños y niñas es un importante recurso para lograr una crianza y
una educación de calidad en los niños y niñas.

• Nos vemos pronto!! Quedense en sus casas... Equipo de Orientación
Escolar   ❤

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